En esta colección, rendimos homenaje a nuestra tierra natal, el Valle del Cauca, en cada puntada de bordado que hemos incorporado por primera vez en nuestras prendas. Es un acto de amor hacia la región que nos da vida y color.

Los bordados son una celebración de nuestra herencia: chontaduros que representan la riqueza de nuestros suelos, lulos que capturan la frescura de nuestros riachuelos, mariposas que danzan en la paleta de nuestro horizonte, flores que reflejan la exuberancia de nuestros campos, y pájaros que cantan la melodía de nuestros días.

Queremos que cada creación, realizada con orgullo en Colombia, lleve consigo un trozo del Valle del Cauca. Que cada persona, ya sea cerca o lejos, pueda llevar en su corazón un pedazo de nuestra tierra, sintiendo que nuestra esencia y belleza están presentes en cada rincón del mundo.